La mayor preocupación de cada uno de nosotros es qué hacer para no cogerlo, sin embargo la forma de parar la pandemia es qué hacer para no contagiarlo. De nuevo, se trata de un cambio en la percepción del problema:
“La persona A)” piensa que “hay un virus” y en lo que debe hacer para protegerse.
Aquí cada persona se pone en el lugar del objeto directo, no en el del sujeto.
“La persona B)” piensa que la pandemia no es sino que se crea cuando cada uno de nosotros nos convertimos en el agente de contagio y por tanto el objetivo es parar la cadena de contagio.
Estas percepciones alternativas – el yo como objeto (Persona A), y el yo como sujeto (Persona B) – se hacen evidentes en el uso de máscaras.
No hay suficientes mascarillas para proteger a los trabajadores de la salud, y mucho menos para la población en general, pero hacer una máscara de tela para la boca y la nariz en casa no es difícil, y hay muchos sitios web con instrucciones fáciles. Es notable que estos sitios web fueron creados por artistas y activistas comunitarios mucho antes que los funcionarios de salud pública. La página de DIY Cloth Face Mask, la hicieron en Estados Unidos 51 personas entre artistas y sanitarios y la colgaron antes del 19 de marzo 2020. El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades hizo pública una Recomendación sobre el uso de coberturas de tela para la cara, el 3 de abril 2020. Mirando en el Archivo de Internet Internet Archive, Time Machine se puede ver que el 4 de abril aparece el video “Cómo hacer su propio cubrimiento de cara“. En estos 17 días el contagio aumenta en los Estados Unidos de 9,269 a 277,161. Una mascara parece que baja el contagio en un 80%. Si el centro para Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades hubiera actuado antes, se hubiera hecho obligatorio cubrir la nariz y boca, los contagiados hubieran sido 214,312. Hoy a el 9 de abril de 2020 los casos confirmados son 462,135. Nunca se habría llegado a este número si las instrucciones para hacer una máscara y el uso obligatorio fueran exigidas políticas de protección pública. Ahora se puede ver en el cdc un tutorial completo de como hacer difrentes tipos de mascarillas y maneras de taparse la cara.
Uno de los mayores problemas de esta epidemia es su percepción como algo caído del cielo o un desastre natural. El periodista Ed Jong en The Atlantic había escrito un artículo hace dos años sobre si estaba o no Estados Unidos preparado para afrontar una epídemía (la respuesta era no) y como las condiciones actuales, de movilidad y concentración en las grandes ciudades eran el perfecto caldo de cultivo para ello. La etapa actual del virus es el resultado de la incapacidad de muchos gobiernos para ver y actuar rápidamente y de cada de uno de nosotros como agentes de transmisión para no cambiar nuestros hábitos cuando estamos frente a una pandemia.
Mi especialidad no es la medicina ni la biología, y para ver qué y cómo la máscara bloquea el virus me remito a un par de artículos[1] que leí hace poco[2]. Lo que trato de decir aquí es que la “persona A” no se pondrá máscara para ir a la calle y la “persona B” sí.
No puedo resistirme a hacer un paréntesis aquí. Donald Trump, cuando dice que él no llevará máscara es un tipo de “persona A”, es decir piensa como individuo en protegerse a sí mismo y no en proteger a los otros a los que puede infectar. Por otro lado la percepción de Donald Trump aún siendo un presidente del país con más contagios de Coronavirus en el mundo, es la del “individuo” y no la del “estado” pues Trump no favorece que cada uno de nosotros paremos la pandemia (por ejemplo haciendo que las máscaras sean obligatorias en espacio compartido público).
La pandemia no se hace, la hacemos y las políticas públicas tienen un papel principal en contenerla o expandirla. Los gobiernos de Estados Unidos, Italia y España con lo que respecta a la mascara no han ha asumido su papel. La web Mask4all afirma que la eficacia de las máscaras para reducir la propagación de COVID-19 se ha evidenciado en países que NO las usan y que, por lo tanto, no son capaces de aplanar la curva de infección, por ejemplo, Italia, España y los Estados Unidos. Esta web está elaborada por activistas, asumiendo ellos la función del función pública, de informar sobre las medidas preventivas para la prevención del contagio. Podemos seguir pasivamente asumiendo lo que nos dicen nuestros gobiernos? La respuesta es NO. Cada individuo, ahora más que nunca debe investigar y tomar una decisión informada sobre lo que ha de hacer para protegerse a sí mismo y a su comunidad de él y ser consciente del impacto de sus acciones en su entorno.
Desde el 22 de Febrero de 2020, estando en Italia, primero respondí al Coronavirus mayormente como “persona A” y ahora estoy situándome como “persona B”. ¿Cambia uno de la Persona A a la Persona B por circunstancias o por decisión propia? Al ir a reunirme con seres queridos a Nueva York, empecé, por experiencia, a darme cuenta de la magnitud del problema. En los últimos meses he vivido en Roma y luego en Nueva York. Más allá de ver las diferencias de dos culturas, he pasado de ser alguien con pocas posibilidades de infectarse a ser alguien de alto riesgo. En Roma estoy con una beca de la Real Academia de España en Roma (RAER), viviendo en un monumental monasterio con mi propio estudio y jardín privado, en una ciudad que no había alcanzado las 2.000 infecciones. Ahora estoy en un diminuto apartamento en una de las zonas más condensadas de la ciudad de Nueva York, en el epicentro del virus, con infecciones que actualmente superan las 80.000.
Las palabras de otros, concretamente las Nic Beuret en What is a Pandemic de me empujó a escribir. Este video forma parte de una serie sobre la pandemia producida por Pantxo Ramas, un compañero de estancia en la RAER. Él y yo decidimos trabajar a distancia de la academia e ir al frente.
Hay otro tipo, la “persona C” que es una combinación de A y B; es decir actúa por reacción a lo que viene y tiene una preocupación por lo cercano, pero también tiene un sentido de entendimiento y responsabilidad sobre lo general. La mayoría de nosotros nos definimos como “persona C” pero el grado de A y de B que la persona C tiene es de gran importancia.
Siguiendo con el ejemplo de la máscara, en un mundo de personas C con mucho grado de B, la máscara sería una recomendación que inmediatamente asumirían y saldrían a la calle con mascarilla. Pero en un mundo de personas C con mucho grado de A (el mundo actual), muchos tendrán rechazo a la máscara, pues no solo no quieren aceptar la enfermedad y que sean posibles contagiadores, sino que además sólo piensan en librarse no en acabar la pandemia. En este escenario, imponer el uso obligatorio de una máscara en el espacio público es la conclusión natural.
Ahora mismo estoy haciendo un proyecto sobre la relación entre el individuo y el estado. Esta diferencia en la percepción (A y B) se puede pensar que se asocia de manera natural, “la persona A” al individuo, y “la persona B” al estado. La persona A es el sujeto pasivo, el ciudadano de a pie, y la persona B es el líder, el que piensa en la cosa general y en abstracto. Sin embargo, hay varias razones para hacer temblar estas asociación A, individuo y B estado. La primera de ellas, es que el estado y cada uno de la cadena de líderes, raramente cumple su función como debería o lo hace tarde o lo hace de forma insuficiente. Y la segunda razón es que es cada individuo el que se pone enfermo o pega la enfermedad con lo cual, estar despierto y consciente de cada acción es imprescindible.
Un ejemplo claro es de un gobernante que no hace su trabajo es la del alcalde que no toma ninguna medida para proteger una ciudad. Di Blasio, el alcalde de Nueva York que aconsejaba, hasta hace muy poco, a los neoyorquinos a seguir con sus vidas como si nada pasara y camina por Central Park sin máscara. Negar la realidad no cambia los hechos, y Nueva York no puede seguir con sus vidas como si nada, porque algunos ya no tienen vidas. Tanto Di Blasio como Trump son “personas A”, no hacen el trabajo, no ponen una estructura en su sitio, sino que simplemente como si estuvieran publicando en el Face Book nos dan sus opiniones. Su única preocupación es cuántos seguidores tienen. Muchos individuos siguen lo que se les ha dicho, cuando es lo que quieren oír y el orador es una autoridad. Cuando un político que se supone que es una “persona B”, habla y actúa como una “persona A”, muchos sienten alivio. La carga no está sobre sus hombros. Se sienten ligeros. No tienen ninguna presión para ser responsables. Pero cada individuo sigue siendo el agente de la epidemia y juega un papel en su propagación o en la limitación del contagio. Esta combinación de no hacer el trabajo y de reconfortar a otros en el ejercicio de su estupidez es letal y esta pandemia lo demuestra. Cuando los políticos se comportan como comentaristas de los medios de comunicación, no son parte del “estado”, están “fuera del estado”, fuera de la realidad y deben renunciar, dimitir.
Para mí venir a Nueva York es estar en un lugar donde puedo entender lo que pasa y actuar sobre ello. Yo Roma no tenía capacidad de acción, no conozco los mecanismos que unen el individuo y el estado, las redes de activismo, ni el idioma. ¿Es la inmersión la única forma de tomar conciencia de que el objetivo de salvarse a sí mismo puede significar que nadie se salve? ¿Es posible hacer arte o política comprometida desde su propia casa cuando es una jaula dorada? Mucho están en sus casas sin saber que hacer porque están habituados a ir a trabajar, hasta los bancos mandan e-mails con video adjuntos que hablan de como hay que “Dejar de correr y empezar a vivir”. Pese a eso, no es un tiempo para estar pasivo, es un tiempo de activismo profundo. Tenemos herramientas: lápiz y papel, teléfono, ordenador e internet. El mundo “social” se ha colapsado pero el ético tiene que elevarse. La intervención del estado ha demostrado sus fallos masivos, es el momento del auge de la auto organización y auto gestión. Ante una crisis hay que actuar y rápido.
Queda mucho por analizar entre ello como los distintos gobiernos actúan, con persuasión, que mensajes y si ejercen o no fuerza para que cada individuo, como agente de la pandemia , cumpla su obligación que tiene de no contagiar. Y como los individuos están o no exigiendo a los gobiernos que se les proteja y su derecho de ser contagiados se ejerza. Este el objetivo del próximo escrito. Y para el siguiente, queda por analizar el tema del perfil del paciente Corona virus. A diferencia de otros virus, como pasó con el SIDA, la sociedad no ha estigmatizado el enfermo tipo (aunque si hay un estigma global del asiático) porque no hay enfermo tipo, ni tampoco hay grupos de riesgo (en el sentido de ser los ultra-contagiadores). Esto tiene una consecuencia inmediata, que tampoco hay militancia del grupo estigmatizado y que no hay una comunidad de activistas fácilmente reconocible un ACT UP.
Jana Leo de Blas
Abril 4 2020 New York
Revisado 10 Abril 2020
[1]Everyone Thinks They’re Right About Masks. How the coronavirus travels through the air has become one of the most divisive debates in this pandemic Ed Yong April 1, 2020 https://www.theatlantic.com/health/archive/2020/04/coronavirus-pandemic-airborne-go-outside-masks/609235/
Face masks: can they slow coronavirus spread – and should we be wearing them? Danielle Renwick Thu 2 Apr 2020 https://www.theguardian.com/world/2020/apr/02/face-masks-coronavirus-covid-19-public
[2] Para aquellos que no leen inglés recomiendo metan los textos en Deepl, que tiene un límite de palabras menor que Google translate.